De un machetazo le cortaron la pata…pero esa crueldad fue salvación de muchos
"Monchito" vivió y se convirtió en una gran inspiración
A Monchito lo atacaron con un machete hace 2 años. De cuajo, le cortaron la pata y también la confianza en los seres humanos.
Pero que parecía una historia con final triste se convirtió en la inspiración para ayudar a cientos de perros que viven en albergues. Porque Beatriz Brenes adoptó a Monchito y decidió que debía hacer algo para ayudar a los perros que no tienen suerte.
Cuando lo adopté, tenía una tienda de ropa de mujer en Cartago y me fui de viaje a Estados Unidos a buscar mercadería. Encontré un montón de ropa de perros y me dije: qué bonito llevar ropa para mascotas, venderla y donar el dinero al albergue que rescató a Monchito, asegura esta odontóloga de profesión.
En el primer viaje trajo sólo 6 prendas. Pero la demanda fue tan alta que decidió cerrar la tienda de ropa para mujer y abrir una tienda de vestidos y disfraces para mascotas, a la que bautizó Monchito.
Tenemos desde uniformes del Real Madrid, tutús, botitas, abrigos y hasta pijamitas. Y a los clientes les gusta mucho saber que el 10% de lo que compran, va a ayudar a otros perritos que viven en albergues y no tienen otra forma de sobrevivir, asegura.
La tienda está ubicada en Momentum Pinares en Curridabat. Aquí los clientes pueden encontrar prendas variadas para vestir a la moda a todas sus mascotas; porque sí, algunos gatos también usan ropa.
Los precios dependen del tamaño de la mascota: un disfraz para un Chihuahua cuesta 3 mil colones y el de un labrador, alcanza los 35 mil colones. También venden coches para los verdaderos amantes de los perros que no soportan despegarse ni un minuto de sus mascotas y los llevan a pasear a los centros comerciales.
La tienda Monchito también organiza pasarelas y fiestas gratuitas, donde el requisito para entrar es aportar una bolsa con alimento para los perros de los albergues. La tienda publica los eventos en su página en Facebook
El 10% de las compras de los clientes financia la comida, el abrigo y el cariño que cientos de perros sin dueño reciben en albergues.