Opinión: Soy ciudadana de 5ta categoría ¡A mucha honra!
Ya no puedo aguantar más la rabia que siento ante los abusos descarados y despiadados de la clase poderosa del país con respecto a las pensiones de lujo. Varios intentos por frenar los excesos se estrellan violentamente contra los privilegios que defienden a muerte los exdiputados, los magistrados, los empleados públicos de arriba y los […]
Ya no puedo aguantar más la rabia que siento ante los abusos descarados y despiadados de la clase poderosa del país con respecto a las pensiones de lujo.
Varios intentos por frenar los excesos se estrellan violentamente contra los privilegios que defienden a muerte los exdiputados, los magistrados, los empleados públicos de arriba y los miles de beneficiados con pensiones de lujo que no merecen, simplemente, porque no cotizaron por ellas.
No soy abogada, pero me pregunto si es legal una ley que convierte a algunos costarricenses en ciudadanos de primera y deja a los demás en categorías muy inferiores.
Puntualmente llegan los señorones de primera a cobrar pensiones de hasta 16 millones mensuales con cargo al presupuesto. (Vea la lista [button link=http://www.hacienda.go.cr/docs/53a44751e748a_lista%20pensionados%20mayo%202014%20final.pdf color=lightblue newwindow=yes] HACIENDO CLIC AQUÍ[/button])
Y, ¿sabe usted que significa con cargo al presupuesto? Pues…¡con cargo a usted!!!! Cada vez que llena el tanque de su moto, que paga el supermercado, que le rebajan el impuesto a su salario o que va al cine, es USTED quien paga esas pensiones de lujo con aumentos de hasta 30% anuales. Algunos duplican su pensión cada tres años, gracias a usted.
Ellos, los afortunados, solo aportaron el 11 % de los millones que reciben. El restante 89 % lo pagamos ustedes y yo.
Algunos costarricenses preocupados y honestos han hecho reiterados intentos por frenar los abusos. En 1998, se aprobó una ley para que la pensión más alta del Estado no fuera mayor a 10 veces el salario más bajo del gobierno (unos 2,300,000) pero, POR SUPUESTO, quedaron por fuera las pensiones de los exdiputados, del magisterio nacional y de la Corte.
Todos somos iguales ante la ley, mientras no toquemos los intereses del grupito privilegiado.
La semana pasada, en un inusual (y celebrado) acuerdo entre fracciones del Congreso, los diputados aprobaron otra reforma para volver a limitar esas pensiones de lujo, exceptuando, por supuesto, los jugosos planes del Poder Judicial. De inmediato, varios ex padres de la patria presentaron recursos de amparo ante la Sala Constitucional porque, a su juicio, los rebajos son confiscatorios, irrazonables e inconstitucionales.
¿Ah, sí? ¿Y no es confiscatorio obligar a los costarricenses a pagar con sus salarios e impuestos las pensiones de lujo de unos cuántos?
¿Y no es irrazonable que haya costarricenses que reciban pensiones de hasta 16 millones mensuales?
¿ Y no es inconstitucional obligarnos a TODOS a pagar por privilegios, simplemente porque un grupito usó el poder que les dio el pueblo para pasar esas leyes injustas?
Yo me declaro ciudadana de quinta categoría con respecto a mi pensión.
Mi pecado capital fue trabajar para el sector privado. Declaré la totalidad de mi salario para efectos de la CCSS y del impuesto sobre la renta. Cuando llegó el momento de pensionarme, me notificaron que, al igual que a otros miles de cotizantes de la CCSS, tenía derecho a una pensión de X, pero que por reglamento me rebajarían más del 60 % de lo que me correspondía.
En este caso, por supuesto, no aplica la irracionalidad, la confiscación, ni la inconstitucionalidad de quitarle a uno lo que es de uno, para dárselo a los demás.
No quiero ni pensar que esos millones que nos rebajan sirven para pagar las asquerosas pensiones de privilegio de jueces, magistrados, ex diputados, y otros grandes señorones de la política.
No quisiera estar en las enaguas de la presidenta de la Corte, Zarella Villanueva, cuando tenga que decidir sobre el futuro de las millonarias pensiones, incluyendo la de su padre, Jorge Luis, y la suya propia en un futuro muy cercano.
Siento repulsión al escuchar a dos magistrados defender sus privilegios, adelantar criterio, y hasta amenazar veladamente a los diputados para que no les toquen sus millonarias pensiones. El problema es que ellos tampoco cotizan lo suficiente para recibir esos retiros de lujo, así que se puede y se debe tocar la porción que les pagamos todos los costarricenses.
Admito que Pilar Cisneros cae en la categoría de ciudadana de quinta categoría, pero ¿saben qué? ¡A mucha honra! Porque puedo mirar a los ojos del obrero, de la cajera del supermercado, del agricultor, del mecánico y del empleado medio sabiendo que no estoy tomando parte de su salario para disfrutar de una pensión de lujo producto de una ley desigual, odiosa, discriminatoria, injusta, irrazonable y reñida con el más sagrado de todos los principios constitucionales: todos deberíamos ser iguales ante la ley, pero NO lo somos.
Pilar Cisneros
Periodista