Porteña vende fresas con crema porque sueña con convertirse en tripulante de cabina
En el pequeño pueblo de El Roble, en Puntarenas, una joven de 21 años demuestra que la perseverancia, la creatividad y la pasión por lo que uno hace puede convertir cualquier sueño en realidad. Se trata de Nayara Hernández Varela, quien no solo es un ejemplo de resiliencia, sino también de valentía, ya que, desde […]
En el pequeño pueblo de El Roble, en Puntarenas, una joven de 21 años demuestra que la perseverancia, la creatividad y la pasión por lo que uno hace puede convertir cualquier sueño en realidad.
Se trata de Nayara Hernández Varela, quien no solo es un ejemplo de resiliencia, sino también de valentía, ya que, desde muy joven emprendió un viaje que la ha llevado a enfrentar y superar diversos desafíos y hoy busca la manera de salir adelante con su emprendimiento para convertirse en una tripulante de cabina.
Según contó la joven a crhoy.com, desde pequeña trae ese “chip” de emprendimiento, y con el tiempo lo ha ido desarrollando.
Yo desde pequeño ya venía con ese espíritu de emprendedor. A mí me encantaba hacer mis negocios y me acuerdo de que me inventaba cosas, de que me iba a la librería y sacaba dibujos y los vendía. Mi papá también es una persona que me impulsó porque una vez llegó con unos confites y me dijo, te traje esto, usted los va a vender, me va a traer la plata para volver a invertir y usted se va dejando la ganancia, entonces así yo empecé con el tema del emprendimiento.
Siempre fui muy responsable, me encantaba vender también mangos en la escuela y así muchísimas cosas, entonces con eso me compraba mis cosas de la escuela, mis zapatitos, etc, expuso.
El tema de emprender para poder ayudarse económicamente con sus estudios nació debido a la escasez de trabajo que hay para la zona en donde reside la joven.
Según expone, El Roble de Puntarenas es una zona donde no hay muchas oportunidades laborales, y por más que buscó y tocó puertas, no llegó esa oportunidad de trabajo que buscaba.
Mi tío fue el que me apoyó con la idea de hacer este negocio, este emprendimiento. Él me compró la urna y todo para que yo empezara a invertir y ahí poco a poco le fui devolviendo a él el dinero y gracias a Dios al principio sí fue superbién, yo me encargué de las ventas, del marketing, de todo, contó.
Fruttuti es el emprendimiento que actualmente trabaja esta joven, se trata de venta de fresas con crema, melocotón con crema y maracuyá, frutas variadas con crema, mango al estilo mexicano, con salsa valentina, tajín y toppings para cada producto, etc.
La idea inicial surgió de mi tío Andrés, porque estábamos buscando varias ideas, él fue como el que dio esta idea que yo también apoyé y me pareció superbién porque fue que él vio en Facebook de gente que vendía igual con una urna y servían los vasitos con fresas con crema y frutas, pero eso lo hacían allá en México entonces de ahí agarramos la idea.
Aquí en Costa Rica no se si también lo hacen en algunas partes, pero de donde soy este tipo de ventas no se hacía y pues quisimos intentarlo, y la verdad es que fue muy bien aceptado el producto, explicó.
Este proyecto comenzó en abril de 2024. Al inicio Nayara contaba con una urna donde vendía el producto, esto en un espacio que tenía en el centro de El Roble, y es así como empezó a generar sus ganancias y pudo comenzar a pagar la carrera de tripulante de cabina en el Instituto de Formación Aeronáutica (IFA).
No obstante, la carrera y el emprendimiento son proyectos que requieren tiempo completo y debido a los estudios, las ventas de su trabajo comenzaron a caer y Nayara tuvo que cerrar el local físico.
“Esto sucedió porque entré a clases, ya para estudiar tenía que meterme por completo, porque nosotros tenemos exámenes casi que todos los fines de semana, yo estudio viernes y sábado, entonces esos días, casi siempre teníamos exámenes.
Entonces me empezó como a chocar ahí los estudios con el emprendimiento, ya no le estaba dando el 100% al emprendimiento y empezó a bajar las ventas, ya que no se hacía tanta publicidad y pues me tocaba casi que yo solita hacer todo y me estaba costando un poco, por eso fue que bajó las ventas”, agregó.
Quiero hacer crecer mi emprendimiento para ayudar a mi familia
Actualmente, a Nayara le faltan como dos meses para culminar sus estudios en el IFA y asegura que mientras postula y espera ser contratada en alguna aerolínea, ella mantendrá en pie su emprendimiento, pero esta vez por encargos, debido al cierre del local en físico.
De acuerdo con la joven, la idea es hacer crecer su emprendimiento, ya que sueña con la posibilidad de que con él pueda ayudar a su familia, puesto que con las ganancias actuales apenas le permite pagar sus estudios.
Mi idea es continuar igual con mi negocio y en algún momento hacerlo crecer y todo, porque ese siempre ha sido como mi objetivo. Debido a la caída de las ventas tuve que cerrar el local, pero las ganancias apenas me permiten pagar la carrera porque es un poco cara, pero claro, sueño con hacer crecer el emprendimiento y así ayudar a mi familia.
Yo tengo 6 hermanos, entonces es un poco complicado ayudar a mi familia con la plata que entra, porque es apenas para los estudios, pero como todo, con publicidad y más tiempo que pueda invertir, sé que puedo hacer crecer el negocio. Ahorita, las personas pueden escribirme por redes y hacer sus encargos, expuso la joven.
A través de Instagram, las personas pueden encargar sus pedidos de fresas con crema y las distintas opciones que tiene el menú de Fruttuti.
Para Nayara, el esfuerzo que ha puesto con su negocio va rindiendo frutos y se siente sumamente orgullosa, por lo que insta a más jóvenes a no rendirse y buscar opciones honradas para poder cumplir esos sueños que tanto desean.
Me parece que es muy importante informarse, todos tenemos acceso a Internet y aunque sea por ahí podemos investigar formas de cómo manejar el dinero, de ideas y tener esa creatividad. Obviamente, no es algo fácil el tener un negocio, muchas veces se vienen abajo como me pasó a mí, pero hay que tener valentía para retomarlo y volver a iniciar.
Hasta los más grandes pueden caer, pero ellos se vuelven a levantar. La idea es no rendirse, siempre continúen con ese sueño, en algún momento si Dios lo permite lo podrían alcanzar, aconsejó a los jóvenes que tengan deseos de emprender y salir adelante.
De momento, esta porteña continúa levantando su emprendimiento para alcanzar sus sueños y los de su familia.